Una vez alcanzada la fase I del estado de alarma decretado por el Gobierno de España, en la cual se reabren los templos al culto, María Santísima de Fe y Caridad ha sido vestida para el tramo final del tiempo de Pascua, Pentecostés, Corpus Christi y tiempo ordinario por su vestidor, don Juan Gabriel Rosales Hermoso.

La Virgen lleva un rostrillo conformado por encajes de pedrería, camaraña y de concha, este último donado por un hermano.

Asímismo, luce un rosario negro de piedras azabache, en muestra de luto por los fallecidos por la pandemia del coronavirus, cedido para la ocasión por una familia de feligreses de la Parroquia y hermanos de la hermandad. Además, porta en sus manos su rosario celeste, donado en agradecimiento por la colaboración de la Hermandad en la coronación de la Virgen del Tránsito, mientras que en el pecherín lleva su cruz pectoral de metal dorado y piedras celestes y el escudo de la Hermandad en metal dorado.

Además de su manto rojo, la Virgen de Fe y Caridad viste su saya eucarística, bordada en hilo de oro sobre tisú blanco, su manto de capilla de terciopelo burdeos y la toca de sobremanto bordada en hilo de oro por doña Genoveva Rodríguez Sánchez.